martes, 4 de septiembre de 2012

¿Dónde está la Iglesia?

Pero, ¿donde está la Iglesia en estos momentos?

La hemos visto detrás de pancarta, contra el aborto, contra el matrimonio homosexual, por la educación religiosa... y sin embargo no la vemos enfrente de ninguna protesta frente a las decisiones, digamos, poco cristianas de este gobierno. Como por ejemplo el no atender sanitariamente a los inmigrantes sin papeles.¿Acaso no se debe de ayudar al prójimo? Sin embargo el otras veces richarachero Rouco Varela calla sigilosamente... no puede morder la mano que le da de comer.

Tampoco vemos a la Iglesia detrás de los desaucios, de la gente arruinada por un sistema que se los come y les exprime hasta que ya no pueden más. Quizás vale más un pupilo del OPUS con su billetera que un desgraciado que no llega a fin de mes. Caridad. Esa es la máxima. Da una moneda y olvídate del pobre. Pero el pobre, querida sotana, no quiere caridad, sino justicia.


¿Dónde están Rouco y sus compinches?


No está la iglesia, por supuesto, detrás de todos esos miles de parados, que se manifiestan por esa ley laboral que deja indefenso al pueblo trabajador. No os preocupeis, dirán, que la próxima vida es mejor, agachad la cabeza ante el patrón y que sea lo que dios quiera.

La institución de la Iglesia no es otra cosa que un lobby conservador, rancio, que pretende vender unas ideas casi hippies mientras apoya a los sectores más ultraconservadores de este y otros países. Sectores que oprimen, estafan, roban y violan los derechos más fundamentales de los ciudadanos. Sectores que van a misa por la mañana y desde sus despachos se enriquecen a costa de la pobreza de los demás.

Por suerte la iglesia languidece. Hay que dejarla olvidada, porque ella sóla perecerá. Atrás quedaron los buenos tiempos en los que gozaban del poder a costa del terror que originaban, atrás (y no hace tanto) quedan aquellos momentos en los que levantaban el brazo derecho al grito de arriba España y se codeaban con toda la recua fascista que masacró este país durante 40 años. Y todo eso sin pedir jamás perdón, precisamente una de las máximas en su catecismo. 


 ¡Seguid echando al cepillo y marcando la X cabrones o me quedo sin el business!

Por desgracia estamos gobernados por un partido que tiene grandes relaciones con el Opus, Legionarios de Cristo y demás sectas... pero ya la Iglesia es un gigante con pies de barro. Se ve la cabeza, pero sus piernas, las que sustentan la organización, están débiles y viejas. Sus iglesias se vacían, sus curas se extinguen... 

Adiós, querida, no te echaremos de menos.


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