lunes, 8 de octubre de 2012

Cospedal, ¿la buena samaritana?



Si hubiéramos puesto esta imagen en blanco y negro muchos despitados que no reconocen a las dos señoras pensarían que vamos a hablar de la época de Franco, la copla y el olé. Por desgracia son imágenes actuales, donde Cospedal y Soraya Saenz de Santamaría comparten asiento en Roma para ver la proclamación de San Juan de Ávila como Doctor de la Iglesia Universal. Desconocemos si luego se fueron de fiesta a mover el esqueleto o hicieron penitencia.

Y es que no hay nada más cierto que el refrán de "a Dios rogando y con el mazo dando". Estas señoras son al ejemplo de la iglesia primitiva lo que este blog a un panfleto del OPUS. Si el primitivo cristianismo habla de compartir, de amar, de exaltar la pobreza y de la ayuda mutua, sabemos de algunas que no irán precisamente al cielo. 

En el Nuevo Testamento (Marcos, 10:25) se dice "más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja que entrar un rico en el reino de Dios". A Cospedal sólo le quedará comprarse un camello, por dinero no será. Y es que siendo cabeza del partido que proclama austeridad como una ley máxima se entiende mal que luego a final de año la señora Cospedal se arrime al hombro casi 250.000 eurazos, sobre todo cuando el sueldo mínimo interprofesional es de 640 euros al mes. Sueldo, por cierto, que su partido congeló nada más llegar al poder y del que por desgracia no se ha hablado prácticamente nada en ninguna tertulia ni medio de comunicación.

Mal se entiende también que una católica de pro abogue por una política que impida el acceso a la sanidad a los sinpapeles. ¿Dónde queda la solidaridad, la ayuda al prójimo, de la que los cristianos se jactan? Dejemos que los que no son de los nuestros mueran en sus casas, o mejor dicho, vayan a urgencias en estado terminal cuando ya su enfermedad sea incurable.



 

No es muy cristiano tampoco barrenar la sanidad y educación públicas. Porque no todos tenemos, señora y muy cristiana nuestra Cospedal, un sueldo como el suyo. Ójala. Porque entonces no nos preocuparíamos de llegar a fin de mes, de que si vivimos en un pueblo haya un centro médico lo suficientemente cercano que su austeridad no haya cerrado o que nuestros hijos puedan tener una educación de calidad que no les separe en su futuro de los hijos de las clases más acomodadas. Como la suya. 

Pena da que no haya sectores críticos en la Iglesia que se dejen ver y quiten la mantilla a estos personajes para que todo el mundo vean que lo que predican es lo contrario de lo que hacen. La jerarquia eclesiástica actual, por desgracia, es el reflejo y refugio del poder más rancio y más derechón de este país. El siglo XX es para la iglesia española el siglo de la vergüenza, del complicismo con los asesinos de la época franquista, de las manos manchadas, del no pedir perdón por sus pecados. Y esto los aboca al olvido, porque nadie cree ya en ese negocio jerárquico pilar de la derecha más mohína. De ellos depende predicar con el ejemplo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Opina lo que quieras, aquí no se censura, sólo se pide educación.