"La parte de su túnica que cubría sus brazos se recogía y ceía en torno a las muñecas, mientras que el resto de la manga, hasta la altura del hombro, quedaba mucho más amplia y hueca. Así pues, cuando agitaban las manos al aplaudir en el teatro o en el Hipódromo, o cuando animaban a sus favoritos como es habitual, esa parte de su vestimenta se hinchaba de tal forma que los más ingenuos creían que su corpulencia y fuerza eran tales que requerían ser cubiertas por unas prendas tan voluminosas... Sus mantos y sus calzas, y en general también sus zapatos, se incluían entre los denominados "hunos", por su nombre y su forma".
PROCOPIO, Historia arcana, 7.
Plano de Constantinopla. Arriba, con el nº 3, el hipódromo. De 450 metros de largo por 130 de ancho se estima que podrían acudir a sus carreras hasta 100.000 personas, lo que indica el espectáculo que debía de ser, muy similar a los grandes partidos de la liga actual.
Procopio habla en este fragmento de los seguidores de los Verdes y Azules, famosos en la Constantinopla de s. V (al igual que ya había sucedido anteriormente en el Imperio Romano) por ser los "hinchas" de uno u otro equipo en el Hipódromo (existían dos equipos más, los Rojos y Blancos, de menor importancia). Verdaderos hooligans de la época, su papel iba mucho más allá del espectáculo y parecen ser representantes de distintos partidos o movimientos políticos. Así, parece que llegaron a instigar revueltas, apoyando el Emperador de turno a uno u otro grupo según sus propios intereses.
En el hipódromo cada grupo ocupaba una zona concreta, no se mezclaban y vestían de forma diferente, tal y como aparece en el texto de Procopio. Hoy en día aún se pueden ver grafittis dejados por estos grupos del tipo ¡Que ganen los Verdes!.
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