viernes, 19 de abril de 2013

Las grabaciones policiales en el crimen de Iñigo Cabacas. Por la Verdad.

Todos sabíamos qué había pasado. Todos conocíamos quiénes eran los culpables de la muerte de Iñigo Cabacas, aquí mismo dijimos algunas palabras al respecto (http://bit.ly/11nGsEM). En este país perverso, corrupto, cuando el estado y sus funcionarios son protagonistas en la muerte de un joven inocente es necesario que alguien ajeno muestre las pruebas del delito para que se conozca la verdad.

En este caso ha sido el periódico GARA el que ha sacado a la luz este lunes las grabaciones de los hechos aquel fatídico día en que una pelota lanzada por la Ertzaintza mató al joven Iñigo.Y todos, aunque ya conocíamos de una manera u otra qué había podido pasar, no hemos podido sino sobrecogernos al escucharlas.

La pelea, esa que los medios oficiales ponían como excusa para la intervención, había acabado ya hacía rato, los ertzaintzas dicen que "no se ve ninguna pelea" y que "todo está lleno de gente", pero llegan las órdenes de los superiores. Las órdenes de un tal Ugarteko, que fiel a su amo de más arriba dice: "le repito las órdenes para que queden bien claras (...) Entren al callejón con todo lo que tenemos, entren a la Herriko".


No importó que todo estuviera atestado de gente. No importó que en ese momento no hubiera ningún altercado, ni pelea alguna. No importó que allí se cargara contra gente inocente, porque la masa es anónima y ellos tenían la ley, la legitimitad, según los liberales de manos ensangrentadas. Sonaba a revancha, a escarmiento, a venganza.

Queremos saber quienes fueron esos agentes que dispararon sus escopetas, por mucho que se siguieran órdenes. Queremos saber quién es ese Ugarteko, que tantas ganas tenía de que se interveniera y tan pocas de contravenir unas órdenes pese a que la situación estaba más que controlada. Y queremos saber quien es el que daba las órdenes a Ugarteko, esos que estaban por encima suyo y que fueron los reponsables políticos y casi materiales de esta muerte.

Sabemos que el entonces consejero vasco de interior, Rodolfo Ares, mintió e intentó intoxicar el caso y el entorno de Iñaki, y despreciamos su actitud de no dimitir ni asumir ninguna responsabilidad. Hoy sigue mostrándose en público con ese aspecto casi bonachón, con esa imagen que podría hacerle pasar, si no fuera porque lo conocemos y por sus caros trajes, por un humilde trabajador que nada tiene que ver con estos turbios asuntos policiales. Pero mentía, porque todos sabían que Iñigo había muerto de un pelotazo: se ve en las grabaciones, tuvieron que conocerlo en el hospital y, por ende, tenían que saberlo todos los responsables policiales y políticos.

Hoy se ha apartado de su función a seis ertzainas implicados en los hechos. A poco sabe esto, a la espera de que concluyan las investigaciones y dicten sentencia. Pero somos pesimistas y mucho nos tememos que todo quedará en unos meses de inhabilitación y, como mucho, alguna dimisión forzada de algún cargo medio-bajo.  Y mientras Ares seguirá caminando con la cabeza alta, muy digno, porque todo esto ya no va con él, que ahora no es consejero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Opina lo que quieras, aquí no se censura, sólo se pide educación.