sábado, 20 de abril de 2013

La derecha española: demagogia y pérdida de memoria.

Estamos acostumbrados en este país a que la ultraderecha del Partido Popular juegue con la demagogia cuando ladra desde sus púlpitos. Una de las reinas en estas lides no es otra que Cospedal, la misma que antes de las elecciones lucía palestino al cuello y proclamaba que el PP era el partido de los trabajadores. Supongo que referia a que todos los trabajadores querrían tener como ella un sueldo de 223.597 euros (año 2010) o una casa de 2,3 millones de euros. Viendo estas cifras nos hace pensar que, más que un palestino, lo que lucía aquel bochornoso día en el que escupió semejante idiotez era una pasmina de Prada de varios cientos de eurelios.

Fiel a su carácter demagogo (amén de aquel de donde dije digo digo diego) han sido también tristemente famosas sus declaraciones acerca de comparar los escraches al PP y quienes los realizaban con actos de "nazismo puro". Como era de esperar toda persona de bien ha puesto el grito en el cielo y ya algunas asociaciones como Amical Mauthausen piden eso que en este país no se lleva, la dimisión: "Desde la Amical Mauthausen y otros campos, queremos expresar nuestro malestar e indignación por las palabras de la señora María Dolores de Cospedal, que consideramos una banalización del horror nazi y un desprecio hacia los millones de víctimas de los campos de concentración y exterminio del III Reich y todos sus familiares, muchos de los cuales forman parte de esta organización".

La Cospedal, una mezcla de pija-alternativa, el a de la proclamación del PP como Partido de los Trabajadores.

 Los políticos y sus voceros califican con mucha ligereza todo aquello que no gusta. Y en este país cualquier acto para estos derechones es algo violento, antidemocrático o, como en este caso, de nazis. Es la vieja táctica de siempre, difamar al enemigo (porque para ellos somos el enemigo), cargarlo de culpas que no tiene y sacrificarlo en los altares de sus sectas. Y así los que más tienen que callar son los que más hablan, porque si alguien tiene un pasado dudoso en este país son, precisamente ellos.

Pongamos un ejemplo revelador. En su edición del 16 de abril de 2014, el insigne diario ABC (ese que tiene una grapita en el centro y varios cientos de páginas) publicaba un artículo de Francisco Robles acerca de los escraches en donde este buen hombre afirmaba: "Los escraches son la antítesis del progresismo, la apoteosis del totalitarismo. Los escraches son el regreso al gueto, la violencia ejercida por una minoría contra los legítimos representantes del pueblo. Los escraches son el nazismo y el estalinismo en una misma oferta". Gueto, violencia contra los representantes del pueblo, nazismo, estalinismo... todo lo que antes decíamos este tipo lo resume en tres líneas en lo que se podría llamar la cumbre del periodismo basura. 

Pero cuando quien lo dice lo escupe desde un fanzine político como el ABC entonces la cosa tiene su gracia. Perdón, su puta gracia. Por eso debemos de hacer un poco de memoria, que es precisamente lo que esta gente no tiene, y no quiere tener, porque entonces se les vería el plumero.

El ABC fue fundado en el año 1903 por Torcuato Luca de Tena y Álvarez de Ossorio, nombre rimbombante para el que fue I Marqués de Luca de Tena, título otorgado por su amiguete Alfonso XIII. Si Torcu (por acortar semejante longitud nominal) se hubiera quedado únicamente en un "periodista conservador", como gusta llamar a sus adictos, tampoco sería para tanto: de esos hay muchos en este país. Pero a él, como al buen conservador, le gustaba mucho la "política". De ahí su participación en círculos conspiradores contra la República, y es por ello por lo que, junto con el periodista del ABC Luis Bolín, preparó todo para que este último pudiera conseguir el hidravión Dragon Rapide que luego se destinaría a trasportar a Francisco Franco desde Canarias a Ceuta. Torcu también aportó, junto al duque de Alba, dinero para el seguro del aeroplano, si bien la operación de traslado de Paca la Culona en gran medida fue costeada por el antirrepublicano y banquero Juan March, que luego sería recompensado con creces por su traición.


 Torcuato Luca de Tena, fundador del ABC y conspirador golpista, todo a la vez.

Torcuato Luca de Tena colaboró, pues, activamente en el golpe de estado que comenzó la guerra civil española y acabó con el asesino de Franco en el poder durante 40 largos años. No fue el más importante, es cierto, pero sí activo y esencial en el transporte del militar que tantas vidas arrebataría poco más tarde. Es por eso que cuando uno lee a los voceros del gobierno y de las ideas más retógradas llamar a unas personas que se manifiestan contra el desahucio antiprogresistas, totalitarios y nazis a uno le entra una gran arcada y ganas de cagarse en todo lo más alto. 

Pero así es la derecha más rancia del país. Camaleónica, pretende que olvidemos quien son y, sobre todo, quienes fueron. Y es lógico. Sin embargo nuestras mentes no son tan estrechas como las suyas y tenemos memoria para todo ello. Y por supuesto, ni olvidamos, ni perdonamos.

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