Grecia, el euro y la democracia.

Grecia se desangra. La cuna de la civilización, que venció en Esparta o Atenas, que sometió pueblos y que elevó la filosofía a la altura de los dioses es hoy un cuerpo endeble a punto de sucumbir ante un enemigo mucho más poderoso que cualquiera de la antigüedad: el euro. Europa es su brazo ejecutor, la moneda su arma. Y la democracia la hidra de dos cabezas que impone su particular concepto de ese sistema que los mismos griegos inventaron.

Si ya es bochornoso el trato que se quiere dar a la ciudadanía griega haciéndola pagar durante generaciones por los pecados que sus políticos, al amparo de la Unión Europa, cometieron, ahora vemos las presiones que asaetean el proceso pseudodemocrático que culminará mañana con la votación de las elecciones. La más bochornosa, la del Financial Times Deutschland, el cual pide el voto para el partido Nueva Democracia, el mismo culpable (y no sentenciado), entre otros, de la situación que ahora vive el país heleno. Sin embargo no es la única y diversas voces nada inocentes quieren presionar al pueblo griego de que voten por la derecha si no quieren acabar en una bancarrota y en el armagedón del país, velada amenaza y no advertencia. 

Ójala estos ataques sacudan las conciencias de aquel pueblo que un día mezcló democracia, filosofía y arte y, escupiendo ante semejantes ataques, voten en conciencia por un nuevo sistema. Sólo también queda esperar que salga quien salga en el proceso no olvide que fue el pueblo quien le eligió y es el pueblo quien debería de elegir cualquier opción que pueda influir en el futuro de sus generaciones. Pero claro, eso igual es ya mucho pedir.