viernes, 15 de junio de 2012

Egipto, España y viceversa.

En Egipto los ruidos de sables siguen sonando en los cuarteles. Frente a la Ley de Aislamiento Político aprobada hace unas semanas por el Parlamento, en donde se intentaba evitar que gente del antiguo régimen del dictador Mubarak pudiera acudir a las elecciones, el alto tribunal egipcio la ha declarado inconstitucional. Esto quiere decir que Shafik, último primer ministro del régimen dictatorial, podrá disputar las elecciones -en teoria- democráticas que se celebrarán próximamente, elecciones que mientras fue primer ministro nunca hubiera autorizado. Ironías del destino.

Algunos pensarán que estas cosas sólo pasan en un país como Egipto. Ya oigo las voces diciendo que desde las pirámides este país ha venido a menos, y que semejante aberración, esto es, que miembros de la dictadura puedan participar en la vida democrática como si nada hubiera pasado es algo que no puede ocurrir más que en Africa. 

Quizás habría que tener un poquito más de memoria. O pensar que no estamos a tantos kilómetros de África, depende que lugares de la piel de toro a no más de unas decenas de kilómetros. Porque aquí, en este país tan moderno y avanzado, en los años siguientes a 1975 pasó exactamente lo mismo que ahora nos transmiten los reporteros desde el país de los faraones.  Así, en 1976 los miembros más destacados de Alianza Popular (hoy Partido Popular, el de la gaviota) habían pertenecido, colaborado y se habían beneficiado del régimen dictatorial de Franco: Manuel Fraga Iribarne, Gonzalo Fernández de la Mora, Licinio de la Fuente, Cruz Martínez Esteruelas... al igual que Adolfo Suárez, que llego a presidente del país después de haber formado parte, entre otras cosas, de la "Secretaría General del Movimiento" o Gobernador Civil en 1968. En definitiva, todos ellos ex-colaboradores del anterior régimen, igual que Shafik.

 Shafiq, ¿acaso no parecer un buen liberal de esos que estamos acostumbrados a ver por estas tierras?

Tenemos una memoria muy corta, vemos otros países y nos creemos que nuestro régimen es más avanzado que esos que permiten a sus verdugos gobernar en democracia. Pero se nos olvida que si aquí en en 1975 no intervino el ejército como ahora en Egipto fue porque este pueblo, acostumbrado a recibir palos en la espalda durante más de 40 años, tragó y se dejó colar un gol de ordágo. Lástima no haberse plantado en la partida...

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