martes, 26 de junio de 2012

El IVA y las mentiras del gobierno

La subida del IVA que seguramente pronto veamos es otro ataque más al pueblo. Tras las continuas mentiras a las que estamos asistiendo desde que el Partido Popular tomara el poder, esta subida será el penúltimo atropello a toda esa gente que, día a día, intenta sobrevivir en este país.

Tras vendernos que la clase media sería la panacea occidental donde todos viviríamos de puta madre maravilla, vemos como día a día esta clase se desmantela, cómplice en cierta manera por no haber luchado por una justicia política que ahora se ha visto inexistente y donde los partidos de consumo mayoritario (PP y PSOE) nos han manejado a su antojo. Éstos nos han cambiado la constitución sin ni siquiera consultarnos, y nos quitan más y más atribuciones sin más poder decisorio que el de una papeleta cada cuatro años que se convierte en papel mojado. Ésto lo vemos en todas las decisiones tomadas por el PP y no contempladas (y en algún caso contradictorias) en ningún programa electoral. 


Quién no come es porque no quiere. ¿Acaso los pobres no tenéis botas a las que hincar los dientes?


A día de hoy el PP niega que vaya a subir el IVA. Algunos ya no lo niegan, simplemente lo omiten. Más mentiras, y más basura. Porque la cosa parece que está clara, quizás veamos mañana o pasado al ministro de economía o al propio Rajoy (ésto es más difícil puesto que no se prodiga en apariciones públicas ni en dar la cara) lloriqueando y farfullando que ellos no querian sino que les han obligado desde Europa. Seguimos aumentando el montón de basura.

Alimentos, medicamentos y vivienda, entre otros, serán los que sufran esta subida. Y a buen seguro que quien se lleve todos los meses un buen sueldo (como, por ejemplo, el de estos políticos incompetentes) la subida de la barra de pan o del paracetamol se la pasarán por los cojon les dará bastante igual. Porque una vez más el peso del robo del erario público y del enriquecimientos de unos cuantos recaerá en los de siempre, en los del pueblo. Sin trabajo, con libertades coartadas, con los precios cada vez más altos, la clase media en la que la mayoría de población quería verse se encuentra ahora más alejada que nunca. Y los de siempre, los especuladores y grandes empresarios que gozan de todo el amparo legal, se descojonan desde arriba entre comilona y comilona. Quizás algún día se atranganten...


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