miércoles, 18 de abril de 2012

De reyes y pseudorepublicanos

No voy a hablar en este post de elefantes, ni de Reinas que invierten 20 minutos en ver a su marido, ni de niños de 13 años que se zumban un disparo en el pie, ni de consortes a punto de ser juzgados por llevarse la gallina (supuestamente) de forma fraudulenta. Me apetece mucho más hablar de toda la fauna periodística y lobbys diversos, a los que el sistema de este país y su monarquía constitucional les debe tanto. 

Es curioso pero en un momento como nunca antes la monarquía es debatida, criticada, ridiculizada y de la que se han sacado más chistes que los que Chiquito de la Calzada podría recordar, nadie, o al menos nadie con cierto poder "comunicacional", lo que se ha cuestionado es la propia existencia de la monarquía. Porque estoy cansado de ver pseudoprogres que habitualmente se jactan de serlo pero que luego se encuentran muy cómodos con Juancar. O los que se autoproclaman republicanos pero dicen que el papel de la monarquía en este país es clave y que ellos la aceptan porque funciona y porque el Rey cumple su papel perfectamente. Pero, de combatir la esencia misma de la existencia de un sistema monárquico en el año 2012 y lo que eso significa, nada de nada.


Personalmente hubiera visto más decente una petición de perdón por parte del monarca por haber secundado y jurado fidelidad al régimen de Franco


El Rey nos sale barato respecto a los presidentes de República, el Rey en sus fiestas hace negocios con las autoridades de otros países por el bien de España, el Rey es la unidad... todas estas patochadas se repiten una y otra vez, y como ya decía Himmler repetir una mentira llega a convertirla en verdad. La esencia de la monarquía es que su puesto es hereditario. Es decir, el Rey echa un polvo con la Reina y lo que sale esa noche de la cama automáticamente pasa a ser el heredero del trono. Esa es la cuestión. La profesionalidad del Rey de turno, si lo hace bien o mal, o si un día cogió un telefóno para llamar a un militar es lo de menos.

Y es lo de menos porque si queremos vivir en un lugar democrático la sucesión hereditaria es una aberración que sólo un tonto puede defender por el bien de la democracia. Esa es la cuestión. Ahora hay estómagos agradecidos que sin embargo se echan las manos a la cabeza porque el Rey a ido a una cacería. Nos quieren vender un monarca "del pueblo", tan "democrático" que trabaja todos los días 12 horas y pasea por las calles tomando unas cañitas con el resto de la población, tan ciudadana como él. Y les pesa no que el Rey cace elefantes, porque se la suda el elefante, Bostwana y la madre que los parió. Lo que les pesa es que la imagen de la monarquía ha sido dañada, y que algún antes seguidor de los Borbones ahora pueda cambiar de idea.

Lo mejor de todo es ya cuando se le pide abdicar. Como ya me he referido antes, "grandes republicanos" de buena billetera quieren que Juan Carlos se vaya y venga su hijo. ¿Y eso que soluciona? Seguir perpetuando el monstruo antidemocrático de una institución hereditaria que quiere agarrarse con uñas y dientes a un mundo que ya no le pertenece.

Pero su tren ha pasado. Porque algún día la gente se despertará y dirá: ¿quiénes son estos tipos a los que nadie ha elegido y que se autodenominan jefes de estado? Ese día llegará, quizás de forma natural, sin grandes sobresaltos, seguro que no con Juan Carlos, quizás no con Felipe. Pero llegará. Entonces, cuando ya no valga pedir perdón, todos estos tipos que tan poco habrán hecho para llegar a eliminar este cáncer, se pondrán en primera fila y alzarán la bandera que haga falta para decir que fueron ellos los que echaron a los Reyes de España.

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