martes, 28 de febrero de 2012

Ley de Memoria Histórica. Mejor Ley de Justicia Histórica


Mucho se ha hablado últimamente, a raíz del juicio al ahora ex-juez Baltasar Garzón, de la Ley de Memoria Histórica. Dicha ley fue aprobada en el Congreso de los Diputados el 31 de octubre de 2007 e incluía diferentes disposiciones, como el carácter injusto de las condenas durante la Guerra Civil y la Dictadura a quienes habían defendido la legalidad republicana o la retirada de los símbolos franquistas.

La ley de Memoria Histórica es simplemente eso, de memoria. Algunos podrían afirmar que no es poco, y les doy razón, sobre todo después de tener que haber esperado más de 20 años a que llegara cualquier tipo de consideración a quienes defendieron este país del fascismo que trajo cuatro décadas de dictadura. Sin embargo, si bien la memoria es necesaria (y en cualquier caso esta ley en eso se sigue quedando corta), tan importante o más es la justicia que se debería de aplicar y de la que no se ha dicho nada, lo que me atrevo a definir como “justicia histórica”.





La guerra civil acabó en el año 1939, pero las pútridas garras de los vencedores (vencedores físicos, que no morales) perduraron hasta 1975. Nada se ha hecho para hacer pagar a esos que colaboraron con el régimen, a sus torturadores o a aquellos que se enriquecieron a su costa. La Ley de justicia histórica debería de haber juzgado a todos estos colaboradores necesarios de más de cuarenta años de dictadura criminal, ningún olvido puede ser perdonable hasta que no haya un Núremberg español.

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