En Vitoria-Gasteiz el circo, a partir de ahora, dejará de poder hacer espectáculos con animales salvajes en cautividad, aunque eso sí, en la misma ciudad cualquiera podra disfrutar de la tortura y muerte de un toro en su magnífica plaza "multiusos". Así que adiós a los leones bailarines y los monos titiriteros, pero al manolete de turno dando banderillazos o espadazos tendremos que seguir soportándolo. Y todo gracias a estos políticos que dicen representarnos y que, mientras votan que sí a una medida orientada a evitar el sufrimiento de unos animales, votan que no (o se abstienen, lo que los hace más cobardes aún) a la prohibición del nefasto "arte taurino".
Esto no deja de recordar lo sucedido en Catalunya hace ya un tiempo, donde se prohibieron las corridas de toros por su crueldad pero donde prender fuego a los toros, tirarlos al mar o hacerle otro sinfín de putadas sigue estando permitido.
Nuestros políticos siguen haciendo de las suyas, y lejos de preocuparles la redacción de una ley donde de verdad se protejan los derechos de los animales hacen lo único que saben, es decir, electoralismo. Y así en vez de prohibir todo espectáculo con animales, sean estos los que sean, en los que pueda haber sufrimiento o vejaciones, prefieren permitir unos y prohibir otros, todo en pos de sus intereses, muchas veces nacionalistas (sea porque la fiesta es muy española, muy catalana, muy vasca o muy baturra, que lo mismo da).
Una sociedad que ve algo lúdico en la tortura y/o asesinato de un animal es una sociedad poco avanzada. Y unos políticos que permiten estos fastos son, igualmente, poco merecedores de nuestros respetos. Así que no veremos más leones en el circo, pero seguiremos viendo cómo los monos de las altas esferas se nos suben a la chepa.
Esto no deja de recordar lo sucedido en Catalunya hace ya un tiempo, donde se prohibieron las corridas de toros por su crueldad pero donde prender fuego a los toros, tirarlos al mar o hacerle otro sinfín de putadas sigue estando permitido.
Una sociedad que ve algo lúdico en la tortura y/o asesinato de un animal es una sociedad poco avanzada. Y unos políticos que permiten estos fastos son, igualmente, poco merecedores de nuestros respetos. Así que no veremos más leones en el circo, pero seguiremos viendo cómo los monos de las altas esferas se nos suben a la chepa.
Todavía no está claro que salga esa ley, leí hace unos días en el Correo que algún político que había dicho si se echaba atrás
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