viernes, 25 de enero de 2013

Paraíso fiscal

Los paraísos fiscales son los estados donde más patriotismo existe. Y es que no hay nada que una más a cualquier nación que unos buenos billetes, sean éstos euros, dólares o libras esterlinas. En España, donde algunos se jactan de su pateticotismo, perdón, patriotismo, más de 30.000 personas tienen sus dineros en paraísos fiscales. Analicemos: desde luego esta gente no son parados de esos que según el gobierno estiran su paro para cobrar sin hacer nada; tampoco son enfermos que consumen medicinas según el PP en cantidades ingentes sólo para hacer gastar más al Estado. También dudo de que sean inmigrantes ilegales que, después de tener un curro de mierda, les ha dado para ahorrar tanto como para ir a Suiza y abrir una cuenta.


 Suiza, destino bucólico para los enamorados empresarios y gente con buen parné

No, lo que parece es que quienes ostentan estas cuentas son, ante todo, patriotas empresarios y patriotas políticos que han hecho un buen pastizal la mayoría de las veces de forma poco ética (cuando no directamente delictiva, como estamos viendo). El nepotismo, las corruptelas políticas y la falta de escrúpulos de muchos empresarios ha hecho ricos a mucha gente que babea con la palabra patria pero luego saca su dinero de ella para así no tener que pagar impuestos y vivir aún con más abundancia de la que por sí ya tendrían. Ojo, no sólo en esto es protagonista la derecha española, que sin duda son los más profesionales en estas lides. La autoproclamada izquierda (a quien se lo quiera creer, claro) del partido del turno, esto es, PSOE, también ha encumbrado a lo más alto de las riquezas a mucho de sus miembros, que ahora al verlos uno duda si pertenecen a la vieja aristocracia del antiguo régimen o realmente a un partido que un día (hace mucho, mucho tiempo) dejó atrás una ideología para entrar en el pragmatismo más patético en alguien que se llama progresista.

Sin embargo las estrellas, los verdaderos artistas del timo y del dinero negro son muchos medianos y grandes empresarios, los que como tahures han conseguido ganar la partida una y otra vez al fisco. Claro, que con las cartas marcadas que el propio gobierno reparte en sus casinos es fácil. Algunos, como hace poco escuché a un periodista de la prensa derechona, aducen que aquí se pagan muchos impuestos y que eso en cierta manera legitima que la gente se lleve su chequera a otro lado. Qué grande este tipo. Y que bien pagado, claro. Pero no nos engañemos. Los empresarios son a los impuestos como la música al emule: por mucho que les bajen el precio siempre preferirán no pagar nada, o casi nada. Así que mientras ciertos lugares como Suiza se ofrecen cual prostibulos para sus clientes millonarios, los países como España no hacen nada por retener ese dinero porque, al fin y al cabo, muchos de los que apoyan los grandes partidos son los mismos que luego se llevan la pasta.

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