"La inmensa mayoría del pueblo español está vuelta de espaldas, no interviene para nada en la vida pública". Las elecciones son "saturnales", donde "un enjambre de altos y bajos agentes del gobierno cae sobre pueblos y ciudades y despliega todo el repertorio de los atropellos, ejercita todas las artes del abuso, realiza los más desenfadados escamoteos y manipulaciones y pone en juego las más ingeniosas burlas y trapacerías".
Antonio Maura.
Es curioso que fuera un conservador el que dijera tales afirmaciones acerca de esa régimen restauracionista primero y regeneracionista después. Un conservador, precisamente, víctima y verdugo de ese sistema en donde el pueblo no era más que una masa informe con la que había que cumplimentar unas formalidades "pseudodemocráticas". Es triste pero aún hoy en día se pueden ver estas "ingeniosas burlas y trapacerías". El pueblo sigue siendo el gigante dormido al que, cada cuatro años, se le despereza para que pueda mantener en su somnolencia el sistema establecido. No serán los conservadores, ni la derecha española, ni sus autoproclamados liberales los que lo despierten, porque son como momias que defienden un templo en ruinas y polvoriento. Y entonces el "enjambre de altos y bajos agentes del gobierno" no podrán hacer nada ya, y de nada valdrán sus trucos y presiones.
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