miércoles, 12 de diciembre de 2012

Cuando acatar órdenes no es bueno

En 1946, durante los juicios de Nuremberg, Rudolf Hoess, comandante del campo de concentración de Auschwitz, fue entrevistado por el psicólogo Gustave Gilbert. Éste le preguntó:

- ¿Y en ningún momento se le pasó por la cabeza negarse a cumplir las órdenes que le daba Himmler en relación con la llamada "solución final"?

A lo que Hoess contestó:

- No. El adiestramiento que habíamos recibido nos impedía contemplar siquiera la idea de desobedecer una orden, fuera ésta del tipo que fuere... supongo que usted no puede comprender nuestro mundo: yo tenía que acatar órdenes, eso es todo.




Vivimos en un mundo en el que ciertos aparatos del poder creen que "acatar órdenes" es suficiente para extraerlos de la injusticia que están cometiendo. No detallaremos a qué personajes nos referimos, todos podemos hacernos una idea. Pero que sepan que sus actos algún día serán jugzados. Y, como Rudolf Hoess, que acabó sus días ahorcado en el mismo campo de concentración donde asesinó a miles de personas, la justicia atenderá correctamente a aquellos delincuentes que algún día dijeron que sólo acataban órdenes.

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