domingo, 20 de mayo de 2012

Recortes y caridad cristiana de la Iglesia

Hay que ser muy tonto para no ver que las jerarquías eclesiásticas, hoy como ayer, han estado siempre al lado de la derecha más rancia de este país. En el 36 bendiciendo los fusilamientos y señalando con el dedo, hoy, más democrática, manifestándose en contra del aborto, declarando enfermos a los homosexuales o condenando el uso del preservativo incluso en los lugares que, como África, el SIDA campa a sus anchas. Sin embargo, en este país en el que muchas veces suenan más panderetas que otra cosa, hasta el partido autodenominado socialista ha bailado al son de esta institución tan poderosa permitiendo, entre otras cosas, que siga llevándose el turrón en las declaraciones de la renta.

Hablo de la Iglesia como institución, no de sus personas. De una institución tan jerárquica como el ejército, que nunca ha pedido perdón por su participación activa en la Guerra Civil (de hecho mucho de sus miembros siguen abiertamente proclamando que aquello fue una cruzada) en la que fueron ejecutadas y tiradas en barrancos miles y miles de personas, un régimen que ella consagró y a cuyo jefe, Francisco Franco, prácticamente elevaron a los altares. 


 Goebbels y sus colegas con el saludo fascista al igual que los obispos españoles de su derecha.

Franco bien acompañado de la curia.

Vuelvo a decir que hablo de la institución, no de sus miembros. Hubo "curas y monjas buenos" que, fuera de toda ideología, ayudaron al que estaba a punto de ser asesinado ocultándolo, dieron la mano al fugitivo y siempre hicieron el bien. Hoy en día son esas personas las que la Iglesia necesita para que siga teniendo credibilidad y no parezca simplemente un brazo del cuerpo del gólem PP. Porque no se entiende que en momento de crisis en el que estamos, y cuando las medidas del gobierno atacan las libertades alguien que dice querer proteger al débil siga callada, a la espera, en la sombra. Algunos dirán, "la iglesia no entra en política". Algo falso, evidentemente, no hace falta más que ver las manifestaciones en las que miembros de su club y del PP mano a mano sujetaban las pancartas en el gobierno de Zapatero (aquel que pudo eliminar todos los privilegios de esta casta y no quiso). 

Y es que, ¿es entrar en política el pedir una asistencia sanitaria a todas las personas por igual, independientemente de si se es ilegal o no? Siempre quedará cáritas, o alguna casa de monjitas. Caridad. Es lo que puede ofrecerte la iglesia, no justicia. ¿Cómo van las jerarquias a permitir que haya una crítica al gobierno al que tanto deben y con quien tantos lazos mantienen? 

Parece que es muy cristiano el no tener la tarjeta sanitaria si eres inmigrante ilegal, o que te puedan echar de cualquier manera a la calle de cualquier trabajo con dos euros y una patada en el culo. O que te muelan a palos en una manifestación estudiantil. Sin embargo es más importante para estos hipócritas de estola el escuchar al obispo de Alcalá de Henares toda esa mierda que sale de su boca cuando trata de enfermos a los homosexuales y, lo que es mejor, como si fuera un sanador africano de estos que se publicitan en el periódico, promete sanarlos y sacarlos "de ese infierno".

El único infierno que tiene el católico son las autoridades eclesiásticas ancladas en el pasado y defendiendo a capa y espada políticas que, menos cristianas, son cualquier otra cosa. Y mientras el silencio por respuesta. Pues que prediquen en el desierto.

1 comentario:

  1. Es muy posible que que como usted dice, "Hubo 'curas y monjas buenos'". Yo nunca escuché hablar de ninguno de esos. Lo que sí oí fue de muchos que se comportaron como verdaderos demonios.

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