lunes, 12 de marzo de 2012

Huelga y reforma laboral

La huelga es un derecho inalienable del trabajador. A la vista de la próxima convocatoria de huelga general para el día 29 de marzo, los periódicos y líneas de opinión se llenan de palabras, críticas, opiniones, hacia esta situación que, consiga o no algo, es lo mínimo que se debe hacer ante el asalto armado gubernamental contra los derechos históricos laborales. 

Al señor Presidente ya se le pilló en una conversación harta reproducida diciendo que esta reforma le costaría una huelga general, si bien su cara poca preocupación mostraba. Y no es para menos. La huelga se producirá, con mayor o menor éxito (desde arriba los datos se minimizarán escandalosamente, como siempre ha pasado), la jornada pasará y la apisonadora del recorte a costa de los más débiles continuará. El gobierno se ajustará la corbata y a otra cosa mariposa, que cuatro años dan para mucho. 

Los fascis El Tea Party español se rasga las vestiduras y otra vez achaca a la izquierda que cuando pierde las elecciones sale a las calles a imponer por la fuerza lo que no pueden por las urnas. Como en 1936, dirán los que más cara de mala oxtia tienen. Los mismos que, achacando (falsamente) que la república fue antidemocrática por impedir continuar con el bienio negro alaban el golpe de estado y 40 años de dictadura nauseabunda con la que "se intentó remediar el asunto". Curiosa manera de proponer la democracia. 

Pues señores de rancio abolengo, el derecho a la huelga es inalienable. Porque ningún estado ni gobierno podrá alinearlo. Porque nadie podrá decir a un trabajador que desde las urnas otras personas le han quitado el derecho de luchar por la justicia y por el bienestar. Porque el libre despido y otras demandas patronales convertirán el trabajo en una forma de explotación mayor de la que hasta ahora era, donde los más desfavorecidos tendrán unas condiciones laborables que los someterán más y más y harán de sus necesidades económicas un fino hilo que puede romperse en cualquier momento con la complicidad criminal estatal.


Leemos entre dientes: "Sos voy a crujir, jejeje"


No creo en los sindicatos liberados donde los sueldos forman parte de su política (como por ejemplo CCOO o UGT). Creo en sindicatos independientes, no acomodados en el poder, incómodos en las fotos de familia con presidentes y patronal. Esto no quiere decir que no haya gente buena en esas organizaciones, pero a mi entender se han vuelvo un resorte más del poder y ahora que quieren protestar lo hace demasiado tarde. Es por eso que basta ya de "bisindicalismo", porque este es mucho más amplio aunque eso, la unidad debería de ser total en momentos así.

El obrero tiene en la huelga un arma contra quienes le quieren imponer unas medidas absolutistas que acabarán con los pocos derechos que le quedaban y que le salvaguardaban de la arbitrariedad patronal. Los servicios mínimos no son otra cosa que otra tiranía más aceptada por muchos y que obliga a minimizar lo que una huelga tiene que ser, un paro total (evidentemente salvo en circunstancias que todo el mundo entiende como normales, esto es, sanidad, seguridad pública, etc.). Todo lo demás debería de ser combatido, pacíficamente, pero sin dar un paso atrás.

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