La derecha española y el divorcio. 1935-2014.

La imagen de la mujer como menor de edad, débil y amenazada en un mundo hostil donde el hombre es el "animal fuerte" que sólo se mueve por el sexo es un discurso habitual y manido por la derecha católica más casposa. Los derechos que algunos consideramos innatos y no sujetos a votación, como el divorcio, la libertad sexual, la igualdad de derechos o, por qué no, el aborto, son elementos personales que sin embargo la derecha de siempre ha querido legislar imponiendo su punto de vista. La columna que abajo transcribimos pertenece a un discurso pronunciado por el ex-presidente de las Juventudes de Acción Popular (grupo perteneciente a la Confederación Española de Derechas Autónomas - CEDA) y que ABC publica el 14 de agosto de 1935. Por desgracia no está superado como la mayoría querríamos: parece que con algunas declaraciones de políticos como Ana Botella o Gallardón (las peras con las peras y las manzanas con las manzanas, prohibir el aborto para dar más libertad a la mujer, etc) el viejo dicho de que "los perros son los mismos, sólo han cambiado su collar" está más vigente que nunca...

"Otro punto gravísimo que no se lleva a la revisión constitucional es el divorcio. Sobre este punto no me puedo extender. Pero diré una cosa a las mujeres que me escuchan. La categoría moral de la mujer se debe sólo al matrimonio, según Jesucristo. Si el hombre no es esclavo de la indisolubilidad, la mujer será esclava del hombre. El hombre la abandonará, en cuanto se canse de ella. El hombre, animal fuerte, que nada deja en el matrimonio, seguirá sus instintos. La mujer, que lo da todo en el matrimonio, se verá abandonada e inútil, con hijos pequeños, con la belleza marchitada, con la salud en decadencia. Ya pueden pensar esto, al votar, las mujeres obreras, y las de las clases modestas. ¡Pobres mujeres sin la protección del matrimonio cristiano! No tendrán más que una arma para defenderse, ahogar la maternidad y la natalidad. Espantoso porvenir. Dice la Dilectissima Nobis: "La nueva legislación española con la deletérea introducción del divorcio, profana el santuario de la familia, sembrando así, junto con la disolución de la sociedad doméstica, los gérmenes de las más dolorosas ruinas en la vida social".