Esther Quintana. Sí se puede.

Ayer oíamos que finalmente el juzgado nº 11 de Barcelona ha llamado a declarar como imputados a dos mossos que podrían ser, presuntamente, quienes habrían dejado sin un ojo a Ester Quintana en la huelga general del 14 de noviembre. Por fin un poco de cordura en este asunto donde una vez más se quiso dar una versión de pandereta a un suceso tan trágico. 

El día 14 de noviembre esta mujer perdió el ojo por un pelotazo. Así lo narraba ella, los testigos que allí había y las evidencias, más que claras. Sin embargo, en una vuelta de tuerca por parte de la conselleria, Felip Puig, ese personaje oscuro que aún pulula por la política catalana y por entonces responsable de este cuerpo policial, quiso vendernos la moto de que Ester perdió su ojo por culpa de los objetos lanzados por los manifestantes. La víctima convertida en verdugo nuevamente, un clásico en la carrera política de este tipo. Ahora parece que va a haber dos imputados, que la verdad, esa verdad que todos veíamos pero que en este país tienes que lucharla y pelearla, parece que empieza a surgir. Con cautela, eso sí, porque a buen seguro que apenas se pagará por esta mutilación, porque nadie pagará por las presuntas mentiras que en ese momento se virtieron, porque no se le va a caer la cara de vergüenza a este pequeño hombre que aún, hoy en día, mantiene un puesto en la Generalitat. ERC se debería de plantear cualquier acuerdo con CIU, sea el que sea, mientras este tipo mantenga su sillón, si no quiere convertirse en cómplice de sus fechorias.