Franco, Rajoy y Netanyahu

Ya es difícil ver en los telediarios la noticia del aniversario de la muerte de Franco, que hoy cumple nada más y nada menos que 37 años. 37 años desde que nos libramos de ese personaje con voz de pito que sólo en un país como España podía morir en la cama y no donde merecía. 40 años de dictadura sangrienta, de opresión, la cual acabó con la tan famosa y ya maldita transición en la cual todos los elementos que se beneficiaron y enriquecieron a costa del asesino no tuvieron que pasar por ningún tribunal. Es más, ni siquiera hubo reconocimiento a las víctimas del franquismo, ni lo ha habido hoy en día, mientras que los verdugos se repartieron el país reconvirtiéndose en afamados empresarios y políticos.

 Franco, llamado Paca la Culona o el terror de los Salmones (y de la moda)

Y de aquellos polvos vienen estos lodos. Lo que nos queda es un sistema político caduco, impuesto en un momento en que se preguntó a la población si quería otra guerra o una democracia descafeinada, donde el ciudadano apenas sí cuenta algo una vez cada cuatro años. Un sistema que prima el bipartidismo de un PSOE (que debería llamarse únicamente PE, Partido Español, por lo ajeno que le está el socialismo y lo obrero) y un PP, antes AP y que podría llamarse "Sucesores de Francisco F." si de una empresa se tratase. 

Los vendepatrias, esto es, los que se llenan la boca de palabrería, patriotismo, banderas de gran tamaño y estupideces del estilo, se reunieron todos ante la bandera azul (que no ante la camisa azul, la cual muchos de ellos también se pusieron en su día) del Partido Popular. Si patria siempre ha sido un concepto que, por inventado, cada cual lo veía como le daba la gana, hoy en día Rajoy le ha dado un nuevo valor. Exactamente ciento sesenta mil euros. Sí señor. Porque en los tiempos que corren, señores, no podemos ser racistas, sino clasistas. Una patera llena de hombres y mujeres que luchan por huir del hambre y la miseria no son más que una pandilla de negros a los que hay que evitar que invadan España. Un avión lleno de chinos y rusos con maletines repletos de euros (da igual de donde venga el dinero, lo importante es que exista) es esperanza de futuro para este país, porque nos quitarán de las manos todos esos miles de edificios que aquí ya no se pueden vender porque los mismos que van a poner esa ley han arruinado al país.

 Españoles haciéndose unas fotos. Excepto la del gorro blanco de la derecha, que no tiene pasta y sigue siendo sólo china.

Suponemos que con las buenas relaciones que parece tener Rajoy con el genocida de Netanyahu ya le habrá informado que por apenas unos eurelios se puede comprar una casita en la costa azul y ser judio-español. Por suerte (y por desgracia) no tengo yo esa casita en primera línea de playa, con lo cual no tendré la desgracia de ser su vecino. Porque vecinos así no traen más que problemas, y muy graves. Y sino que se lo digan a los palestinos. Oprimidos día sí y día también, rodeados, masacrados... lástima que ellos no tengan esos ciento sesenta mil euros, porque serían bien recibidos en la piel de toro. Pero por ser pobres, para el PP siempre serán unos ilegales.