Ver la mayoría de los canales de televisión hoy es sumirse en la desesperanza. La información en este país vale lo mismo que una bolsa de estiércol. O menos. Y no hablamos sólo de la telebasura ya típica de Intereconomía y demás canales de ciencia ficción, sino también de otras que sin ser la panacea informativa al menos se las consideraba algo más decentes.
14-N en Vigo. Si en Madrid para el gobierno hubo treinta mil personas aquí suponemos que serían un par de docenas...
Ver las noticias de la huelga general del 14N es ver un día apocalíptico, tomado por hordas (rojas, diría algún contertulio casposo) donde la violencia es lo único que mueve a esas pocas personas que toman las calles y plazas (las cifras del gobierno acerca de la asistencia a las manifestaciones es digna del mejor país tercermundista, pero aquí no pasa nada). No interesa el relacionar huelga-concentraciones-lucha, sólo se quiere mostrar una imagen negativa del movimiento obrero, de todos esos sindicatos (no sólo UGT y CCOO, como también se pretende mostrar) que han movilizado cientos de miles de personas en todo España y de otros tantos cientos de miles de personas que sin ser afiliadas han salido también a mostrar su descontento contra este gobierno maldito. Se habla de violencia (en algunos casos se regurgita esa palabra) pero, sinceramente: en un país con seis millones de parados y tras pasar por una serie de recortes que ha mandado al garete el estado de bienestar, recortado la sanidad y educación pública, etc. los pocos casos de violencia se deberían de tomar como una virtud de esta lucha obrera y no como su estigmatización.
En cualquier caso si algo ha funcionado bien es lo de siempre, esto es, la represión y mano dura por parte de los cuerpos policiales del estado. Y aquí no hay nacionalismos que valgan. España, Catalunya, Euskadi, se unen fraternalmente para repartir ostias a diestro y siniestro en una maravillosa fiesta democrática de porrazos y pelotazos por igual. No queremos aqui que ninguno de los cuerpos que velan por nuestra seguridad se sientan discriminados, pero una vez más los mossos se llevan el sobresaliente. Si ya no vamos a pedir desde aquí la dimisión de ese hombrecito llamado Felip Puig, pues además de poca cosa parece ser sordo y sobre todo no tener ni ética ni escrúpulos, sí al menos queremos poner el video que la gran mayoría de personas decentes a las que les repulsa la violencia extrema de algunos miembros policiales habrán ya visto.
El video no deja lugar a dudas: primero el mosso golpea con su porra en la cabeza de un muchacho de 13 años. Acto seguido viene otro compañero a socorrerlo, no al crío, sino al mosso, y vuelve a golpear al muchacho ya en el suelo. Los familiares protestan (como para no) y otro señor agente golpea con su escudo a una joven que quizás no llegue tampoco a la mayoría de edad. Estos mossos deben de tener manía persecutoria, o sentirse muy poca cosa para creerse amenazados por estas personas. Los considerarán antisistemas, como la gentuza de algunos medios ultraliberales. La misma chica vuelve a cobrar unos porrazos hasta quedar tirada en el suelo, "ahora sí que somos los putos amos", dirá el policia. Y así acaba la terrible escena, con unos familiares que no se pueden creer lo que estan viendo y sufriendo, y unos cuerpos de seguridad que más parecen los matones del barrio que unos funcionarios que deberían de velar por la seguridad.
Perdón, por la seguridad sí que velan. Por la seguridad de los que les pagan, de su consejero de interior, de sus encorbatados amos que hoy se relamerán de gusto viendo esta bochornosa actuación. Que no fue la única, que duda cabe. Pero eso a algunos medios no les importa. Por suerte a otros sí, y estas imágenes, aunque le pese a Mayor Oreja y sus compañeros de partido, las hemos podido ver. Que se haga justicia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Opina lo que quieras, aquí no se censura, sólo se pide educación.